Hay gente que sale del armario y gente que entra. En este segundo grupo nos encontramos con una mujer japonesa, que vivió durante un año dentro del armario de una casa que no era la suya. La historia, que la he sacado de 20minutos.es pero la podría haber sacado de tuestaslocoderemate.com, cuenta cómo un hombre japonés de 57 años, llevaba manteniendo a la "inquilina" un año.
El hombre se dio cuenta de que le faltaba comida en el frigorífico y debió pensar: "pues sí que son listas las ratas japonesas" lo cual no es de extrañar porque todo el mundo tiene un conocido cuya prima se trajo un chiguagua japones y una vez aquí se dio cuenta de que era una rata (versión argentina). Entonces, el japonés, que debía ser un lumbrera, decidió poner una cámara de seguridad para pillar a la rata (primero quería asegurarse de que no fuese un fabuloso ejemplar de perro-rata que pudiese vender a un europeo alelado) y de paso averiguar, si era la rata la que estaba poniendo ropa en la lavadora para que se la limpiasen.
Total, que el hombre se llevó un chasco enorme porque la rata-perro, era realmente una mujer-gorrona, y claro esas no se pueden vender porque te meten en la cárcel por trata de blancas. Así que decidió denunciarlo para ver si un periódico cutre lo publicaba en España y así salir como comentario en este blog.
Yo por no darle el disgusto, lo comento, pero que conste que a mí la noticia no me ha interesado en absoluto. Ahora lo que lamento es pensar que tengo que hacer limpieza en los roperos por si tengo alguien guardado y no me acuerdo.
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