Erase una vez un príncipe encantado y precioso según su abuela, que en el día de hoy se encontró frente a frente con un monstruoso dragón volador.
Pasaban las tres de la tarde cuando, mientras nuestro héroe luchaba contra su hambre atroz robando picos de la mesa, escuchó cómo una sombra rozó su hombro mientras chillaba un ensordecedor zumbido que penetraba hasta lo más profundo de las entrañas de cualquier ser humano. Pero nuestro protagonista no es un ser humano corriente. De hecho, es probable que no merezca ser considerado humano.
Atreyu (que es el primer nombre de héroe que se me ha ocurrido) se giró haciendo gala de su fabulosa agilidad, y mientras se levantaba del suelo observó cómo el dragón volvía al ataque con claras intenciones de atravesarle con su poderosa garra frontal. Atreyu lo esquivó con un resbalón, chilló como un nenaza para despistar -Mamaaaaá- y cuando el séptimo de caballería llegaba, hizo arrojo de su valor para ponerse frente al dragón y decirle sin ningún tipo de miramientos:
- A mi madre vas, que me has intentado picar.
Cuando el dragón se recuperaba del ataque (de risa), Atreyu cogió su más poderosa arma contra dragones y la arrojó con todas sus fuerzas contra la bestia. La madre de Atreyu, temiendo que iba a tener que limpiar todo aquello, le quitó el arma y se enfrentó al dragón demostrando que no le importaba poner en peligro su vida por el bien de su familia. Se posicionó frente a Wendolin (??? No se me ocurre ningún nombre de Dragón) y sin dudar y con frialdad de hielo, presionó el exprai matamosquitos dando fin a su vida.
No todo el mundo puede hacer gala de semejante valentía. Es por ello, que hoy quiero mostrarle mi respeto a LA MADRE QUE PARIÓ A ATREYU desde estas lineas. Ningún dragón se volvió a atrever nunca más a tratar de asustar a Atreyu, y se cuenta que desde aquel día, entre los pequeños dragones, se ha sustituido la amenaza "que viene el lobo" por "que viene la madre de Atreyu". Yo la conozco bien, y realmente debemos tenerle miedo.
A continuación os muestro el cadáver de la bestia. Se que la foto no es del todo esclarecedora, pero acercate tu a un bicho así, con el miedito que habemos pasao. Pa los miopes puedo dejaros intuir que el mosquito en cuestión tenía 7 centímetros de longitud, y en vez de picar, daba patadas en la espinilla.
jueves, 15 de mayo de 2008
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