lunes, 24 de agosto de 2009

Mensa

En la sociedad de Mentes Excelentes y Naturalmente Siempre Altivas (MENSA), al menos esta es la sensación que me dieron una vez que los vi por la tele, tienen un "interesante test" donde te dicen si puedes o no puedes presentarte para entrar en este elitista club.

Ya veis que parece que puedo. Lo que quiero decir es que NO quiero.

En la entrevista que vi en la tele hace algún tiempo, decían que reunirse entre ellos era la única forma de sentirse realizados en conversaciones con otras personas. Nada más lejos de la realidad. Esos estupendos conversadores no pueden aportarte más que lo que tú les puedes aportar a ellos (si es que puedes entrar en el club), pero claro, te sientes muy alagado de que contigo sí quieran hablar.

En segundo de carrera conocí a la exnovia de un amigo que estudiaba conmigo. Días más tarde conocía a su hermano, y algunas semanas después me enteré que ellos no querían hablar conmigo porque no les podía aportar nada. Era un ser insulso para ellos. Me juzgaron porque en la fecha en la que les conocí estaba rompiendo con mi pareja y mi conversación era monotemática. La verdad es que me sentí ofendido.

Yo no les podía aportar nada, pero resultó que al tiempo, cuando les volví a ver con mi situación estable, empezaron a interesarse mucho por todo lo que les podía aportar y contar. He tenido una vida un poco atípica hasta que me enclaustré a mitad de carrera. Hay mucho que ellos no han vivido ni se atreverán a vivir. Pero... no era un interlocutor suficientemente capaz para un pintor de brocha gorda y una futura ama de casa. Cierto, no sé hacer bien de comer ni pintar paredes sin que se noten los brochazos y ellos sí. A mí sí me aportaron.

Esta es la misma forma de juzgar que tienen en MENSA. "Si no eres inteligente no me puedes aportar nada".

He conocido y salido de marcha con chicos Sindrome de Down, he salido con inmigrantes sin papeles que apenas sabían español y defendían el estilo de vida de Bin Laden, he salido con pijos fachas que ponían cara de asco cada vez que un negro se les acercaba con un paquete de clinex, he hablado con personas adictas a drogas fuertes mientras se pinchaban o fumaban plata en el asiento de atrás del autobús, he tenido conversaciones interesantísimas con religiosos y curas a pesar de ser agnóstico, he hablado mil veces con mendigos y por supuesto con personas normales... y de todos he aprendido algo. Aprender y recibir es algo que sale de nosotros, no de nuestro interlocutor. Si los de Mensa no lo saben es que no son tan inteligentes. No debemos admirarlos.

Me parece una actitud tan deleznable como la que tuvo cierto personaje con mini-bigote allá por los años 40, que creía en una raza aria superior a los demás.

Por cierto, no dudo que una conversación con uno de los integrantes de Mensa puede ser fascinante, pero yo los prefiero conocer en un entorno donde el ego no juegue con nosotros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola pirata verde,

No entiendo tu ofuscación con Mensa. ¿Te ha pasado algo con ellos? ¿Conoces a alguno y no te gusta su forma de ser?

No sé, me parece un poco exagerado tu post.

Pirata dijo...

No conozco (al menos conscientemente) a nadie de esta organización, pero de pequeño vi una entrevista a un representante de MENSA y me repelió totalmente.

Mi crítica va encaminada hacia el tipo de persona que se cree mejor que otra por sentirse más inteligente. Seguro que muchos de los miembros de MENSA son encantadores, pero ese aire de superioridad de algunas personas (dentro y fuera de MENSA) que se creen mejores por un numerito en unos test...

Espero que una crítica genérica no moleste a personas particulares.