La semana pasada, me compré un paquete de patatas par tomármelas en el recorrido que hay desde mi instituto, en Lora del Río, hasta la estación de trenes de cercanías donde, casi todos los días, cojo el tren para volverme a casa. Pagué con una moneda de 2€. La vuelta que me dieron fue la de la imagen (una moneda de euro, 20 y 10 céntimos italianos y 20 céntimos portugueses) y 20 céntimos y monedas españolas. Me llamó la atención y me dije: "¡Eeeh!, ¡buen tema para perder un rato de mi tiempo!". Así que el sábado pasado me dediqué a buscar el origen de las monedas. No fue difícil, pero me pareció curioso enterarme de cuál es el origen de las imágenes que ilustran las "caras b" de las monedas europeas (y de las de San Marino, Mónaco y el Vaticano, que por un acuerdo especial, también usan el Euro como monedas oficiales).
En el este PDF, podéis encontrar toda la información sobre la moneda única europea y en la siguiente imagen un resumen de los paises y sus monedas (Fotos de Daniel Klapp mas un añadido hecho por mi con las últimas en agregarse sacado de la web del banco de España).
Si alguien quiere saber más de las monedas, puede visitar la página del banco de España donde también puede encontrar las nuevas monedas que se vayan acuñando.
P.D.: Los billetes verdes, los he visto. Muy, muy, muy pocas veces, pero los he visto. Incluso creo que una vez estuve tan cerca de uno como para poder tocarlo, pero seguro que no lo hice. Los morados los he visto en las redadas que salen en las noticias de la policía y he escuchado mucho hablar de ellos (que si el Camps tenía un traje bordado con billetes morados, que si Julián Muñoz guardaba billetes morados en bolsas de basura, que si...) Pero los billetes amarillos... Esos no los he visto en la vida. Creo que se los han inventado para completar la gama de colores pero que ni los han llegado a imprimir. Vamos, que cuando los he visto en el PDF, he pensado "Este PDF es falso. ¡Pues no que nos quieren colar que hay un billete amarillo!"
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1 comentario:
Doy fe que existen. Una vez lo tuve entre mis manos (¡que pena! ¡me duró tan poco!)
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