Parece que fue ayer cuando empecé mis vacaciones y ya se están acabando. Hace días que miro mi reloj imaginario que solo yo veo y me doy cuenta de que marca el paso de las hora con cierta velocidad y urgencia. Parece como si se aproximara al límite del tiempo cuando éste tiende al infinito.
Ha pasado el verano y debo empezar a imaginarme como serán mis nuevas fierecillas. Esas que al principio de curso sabrán mentirme pero que después no tendrán demasiados secretos para mí. Esas que me harán sudar de lo lindo en cada clase con interrogantes inverosímiles y alguna que otra trastada. Esos nuevos alumnos del IES Miguel de Cervantes donde me veo destinado este año. Esos que al final de año llamaré "mis alumnos" con todo el cariño del mundo y con un poco de miedo a haberles fallado. Esos que me dirán "maestro". Esos que me dejarán con el extraño sabor de boca que se siente al perder algo que sientes tuyo, pero que sabes que debes dejar marchar. Esos.
Pues si alguien piensa que no quiero, se equiboca de cabo a rabo. Estoy encantado de lidiar con fieras. Los que no me gustan y me fastidian son otros.
martes, 30 de agosto de 2011
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