viernes, 12 de noviembre de 2010

Twitter

Ya todos sabéis que existen redes sociales como Facebook (mi caralibro) o Tuenti (mi tuenti no lo puedo enlazar, pero cualquiera con dos dedos de frente sabrá encontrarme aunque no tenga mi nombre puesto en la cuenta) donde la gente hace como que tiene mil millones de amigos y en realidad es mentira. Los buenos amigos se conservan mejor por el correo electrónico. Facebook y Tuenti sirven para fisgonear cómo les va la vida a los que no te atreves a preguntar directamente.

La realidad es que también sirven para retomar el contacto con viejos conocidos a los que les has perdido la pista, pero al poco tiempo se la vuelves a perder porque ya no hablas con ellos ni por las redes sociales que os unieron. Yo, hace justo una semana, me dediqué a fisgonear cómo le iba a mis antiguos compañeros del colegio. Lo digo sin pudor. Al menos no miento. Además me agregué al interesante grupo en "Caralibro" de alumnos del antiguo colegio Maristas de Huelva. Pues una semana más tarde me han agregado como amigo 6 o 7 personas y solo he comentado algo con una. Que encima era mi vecino, pero no mi antiguo compañero de clase. ¡Hay que ver cómo está el patio!

Pues hay otra cosa que sirve para mucho pero al final no es mas que otro lugar donde los egos de los que nos creemos algo nos encontramos luchando por hacer un blog que la gente quiera seguir. Este sitio es Twitter.


Twitter es un servicio de microblogging, que suena a algo supernovedoso pero que no es mas que un blog donde tienes limitadas el número de letras que escribes en cada entrada. Además lleva años implantado y existen auténticos gurús del microblogging.

Pero ahora llego yo con mis buenas maneras y mis ratitos en los que pierdo el tiempo y me propongo que voy a escribir algo de vez en cuando y a revolucionar el servicio siendo de las personas menos seguida de toda la red. Hace dos años que tengo la cuenta en Twitter. ¿Tú te habías enterado? pues el resto del mundo tampoco, y mi mujer que ni me lee en el blog menos. Pero ahí hay 43 chalaos que no sé cómo se han enterado de que existo y me siguen como si yo fuese alguien cuerdo que dice cosas interesantes mientras yo no paro de decir tonterías y de pedirles que dejen de seguirme. Gracias porque son el motivo por el que intento no cometer faltas de ortografía.

Por cierto, si alguien quiere seguirme puede esperarme a la puerta de casa vestido con una gabardina hasta los pies, gafas negras y sombrero, o puede entrar en mi twitter siempre que quiera y ver que no tengo nada relevante que contar.

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